domingo, 30 de noviembre de 2014

La ambigüedad en la información política: El caso de Volkswagen en Cataluña

Barcelona. 30/11/2014. Pilar Bayón, Juli Climent y Meritxell Salas- El pasado lunes 24 de noviembre apareció publicada una noticia titulada “Volkswagen ralentiza su apuesta en Martorell por el soberanismo”, en la edición impresa y en la plataforma digital del popular periódico El Mundo. Bajo este titular se oculta una información equívoca sobre la sede más moderna y eficaz existente en Barcelona de la prestigiosa marca de automóviles alemana. La noticia rápidamente fue transmitida en otros portales, de menor reputación, especializados en un ámbito político o de índole exclusiva de automoción, tales como Crónica Global o Expansión que se hicieron eco del contenido divulgado por El Mundo.

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Acceso a la planta de producción Seat de Martorell
Fuente: Meritxell Salas



El fallo de la noticia recae en que no existe vinculación alguna entre la congelación de las nuevas inversiones automovilísticas (para el futuro SUV compacto de Seat) de Volkswagen en Martorell por la incertidumbre política y la adjudicación final por parte del fabricante germano a querer desarrollar su producción en una planta de automoción en la República Checa.  Así lo confirma Ezequiel Avilés, jefe de Corporate Communications en Seat de Martorell (empresa automotriz española, filial de la compañía sajona Volkswagen), al afirmar rotundamente que “Seat se dedica a fabricar vehículos y a nada más. Estas cuestiones políticas no están en nuestras manos y, por lo tanto, no nos competen. Debemos preocuparnos por lo nuestro… por el sector automovilístico”. Y es que la aparente relación -no existente en realidad- que quieren asociar algunos medios entre la noticia en cuestión con la decisión definitiva de fabricar el nuevo modelo de vehículo en Chequia, a raíz del proceso soberanista que se vive en Cataluña, es un desacierto manifiesto.

Emplazamiento para los Seat Ibiza recién fabricados
Fuente: Meritxell Salas
Seat desde dentro


Son los propios empleados de Seat quienes aseguran que no existe ningún tipo de tensión política como pretenden reflejar algunos medios de comunicación. “Me extrañó mucho la noticia sobre la congelación de inversiones porque, precisamente, el jueves pasado nos informaron de que el crecimiento de este año iba a ser más positivo que en años anteriores”, comenta Tomás García, un joven en proceso de formación por la escuela Seat desde 2012; visión que también comparte el empleado técnico Jordi Rojas, “es cierto que la situación política que se está viviendo es complicada pero, hoy por hoy, no se percibe inestabilidad al respecto dentro de la planta de producción”. Y, a decir verdad y como se recoge en el último informe oficial de Seat, todos los datos de producción, ventas y contratación son ascendentes desde el año 2009. Reflejando, por lo tanto, que el proceso independentista y el exponencial auge que tomó a partir de 2012 no ha perjudicado a la producción de la empresa y, por ende, tampoco a sus inversiones. Es más, Ezequiel Avilés comenta que, a partir del 7 de enero, 150 empleados procedentes de empresas de trabajo temporal (ETT) pasarán a ser contratados directamente por Seat.





Dudas VS miedo

La noticia publicada por El Mundo no ha preocupado al partido de Convergència i Unió. María Senserrich, diputada en el Parlament de Catalunya, considera que “en los últimos tiempos hay gente que dice que la situación política o el proceso soberanista están haciendo que las empresas se marchen, un hecho que no es cierto”. Desde CiU defienden que el proceso de entrada y salida de empresas es algo fruto del propio movimiento económico mientras añade que “una de las regiones donde más invierten los empresarios del sur de Europa es Cataluña”. En cambio, Jesús Amadeo Martín, un joven estudiante de ciencias políticas en la Universidad Pompeu Fabra que recientemente ha presentado su candidatura a las elecciones primarias por Ciutadans en Hospitalet de Llobregat, sostiene que “uno de los datos que más llaman la atención es la cantidad de empresas que abandonan Cataluña, pero no para buscar mejores condiciones en otros países europeos, sino para encontrarlas en Madrid”. Por ello, desde el lado unionista consideran que para que una empresa pueda operar, generar riqueza y puestos de trabajo necesita una estabilidad jurídica.


Ante el proceso soberanista, María Senserrrich explica que hay empresas y ciudadanos que acuden a ellos con preguntas sobre lo que ocurriría en caso de una hipotética independencia de Cataluña. CiU no sigue ninguna estrategia concreta para tranquilizar a las empresas, sino que atienden las preguntas de las patronales y los ciudadanos en los forums o charlas. La diputada defiende que desde Cataluña “hay dudas, pero no miedo... que nos quieran otorgar miedo es muy diferente”. Por otro lado, Jesús Amadeo Martín considera que sostener la idea de que la economía se vería resentida por una futura independencia “no es un discurso del miedo, es un discurso de la razón y de la responsabilidad, sobre todo cuando se ofrecen datos de la mano de personalidades o entidades altamente preparadas”. Martín justifica su postura haciendo referencia a que, como recoge el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), “el pasado mes de octubre, la preocupación entre los españoles por el paro creció hasta el 76% y la percepción de la situación económica alcanzó el 82,2%”


Otro asunto que preocupa es la vinculación con el mercado español en caso de independencia. Ante esto, Senserrich aclara que “debemos continuar como clientes en una Cataluña independiente dentro del mercado español, ya que este es un buen mercado”. Además, descarta la idea de que pueda producirse un boicot sosteniendo que “la gente es más inteligente” y si un producto es bueno no se va a negar a comprarlo sea cual sea su procedencia. En este punto, considerando que Cataluña exporta más a otras comunidades de España que al extranjero, desde Ciutadans se matiza que la independencia “provocaría lo que se llama el efecto barrera” y, existiendo barrera física o no, “las relaciones comerciales disminuirían entre Cataluña como país independiente y España ya que, al no pertenecer a un mismo mercado común, las exportaciones se encarecerían”.

¿Cuál es el futuro de las empresas?

Por tanto, a pesar de las proyecciones políticas, el futuro para las empresas en una Cataluña independiente aún es incierto y surgen diferentes visiones desde todas las perspectivas. Según Javier Asensio, profesor de economía política en la Universidad Autónoma de Barcelona, el caso de una secesión en España tendría como resultado “un empobrecimiento de ambos territorios, más en el caso catalán, pero tanto España como Cataluña saldrían perdiendo”. Finalmente, como señala el profesor, será “cada empresa la que decida en función de sus intereses” aunque también considera que es lógico que multinacionales, como el caso de Volkswagen, que producen en España para exportar al resto de Europa “consideren los riesgos que puede generar la inestabilidad política y que se anticipen a los efectos perjudiciales que sobre su comercio tendría el hecho de alcanzarse la independencia”.


Entonces, ¿cuál es el motivo enmascarado de la publicación de esta información errónea? En un primer plano irrumpe con fuerza el papel crucial que juega la prensa en el tratamiento y la difusión de todo tipo de noticias y, más aún si cabe, las que son de alcance local y pasan más desapercibidas por la mayoría de la población no afectada. Es aquí cuando más influye el papel que ofrece la prensa. El ciudadano tiene el derecho de leer y comprender una información contrastada, trabajada y con una batería de datos útiles y completamente verídicos. No bastan medias verdades difuminadas por la perspectiva que, en realidad, quiere propagar cada medio de comunicación.

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