martes, 16 de diciembre de 2014

La condena de la mujer de occidente

16/12/14. Barcelona. Inés Martínez y Núria Veciana. Uno de los aspectos más insatisfactorios en la vida de las mujeres es su apariencia física. Según un estudio de la marca Dove, conocida por su apuesta publicitaria de mujeres reales, el 45% de las españolas piensa que las mujeres guapas tienen más éxito y oportunidades en la vida, y sólo un 1% de ellas se considera hermosa. ¿Pero quién decide que es bello y qué no? Los medios de comunicación, la publicidad, y en definitiva, las empresas de moda y cosmética crean una imagen irreal a la que todas las mujeres se han de asemejar si no quieren ser marginadas.

Ahora la delgadez es la moda, igual que en otras épocas lo era tener las caderas anchas o la “cintura de avispa”. El problema está en que no todas las mujeres pueden ser iguales, ya que cada una tiene una genética y una vida diferente. Las empresas de cosmética y de moda hacen creer a las mujeres que si compran sus productos podrán modelar su cuerpo y su rostro, y así podrán parecerse a las modelos de los anuncios. Modelos que tampoco son perfectas, aunque con programas de retoque fotográfico lo parecen. Según un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Comillas, contemplar una revista de moda durante más de tres minutos causa depresión, vergüenza y sentimiento de culpa al 70% de las mujeres, cifra que descendería mucho si le quitaran el retoque a esas imágenes.

La campaña publicitaria de Dove apuesta por mujeres reales. Fuente: www.dove.com

La obsesión por la perfección estética que vive nuestra sociedad es un paso atrás en la libertad de la mujer. Según la socióloga y escritora feminista, Fátima Mernissi, las mujeres de occidente viven también sometidas al hombre, no de la misma manera que las mujeres islámicas, pero al aceptar vivir presas de un estereotipo de belleza se degradan y condenan a una vida llena de preocupaciones estéticas. Mernissi explica en su libro El harén de occidente que los hombres son quienes controlan las industrias de moda y que estos imponen la imagen de una mujer joven y delgada como canon de belleza para toda la población femenina. Al contrario de los hombres islámicos que controlan el espacio (excluyendo a la mujer de la vida pública), los hombres de occidente intentan controlar el tiempo y la luz (una mujer sólo es bella cuando aparenta tener 16 años) y así condenan a la mujer madura a la invisibilidad.

La obsesión por la perfección estética que vive nuestra sociedad es un paso atrás en la libertad de la mujer

El punto de vista crítico de la socióloga Mernissi hace reflexionar sobre cómo las culturas son dominadas por sistemas patriarcales, ya sea de una manera más camuflada o menos. Para una persona de occidente el velo y otras costumbres de la cultura árabe son completamente machistas, pero la obsesión que inculcan las industrias de moda también es un tipo de violencia simbólica que afecta a las mujeres en la búsqueda de la igualdad.


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